París, Francia, 1903 - México D.F., México , 1972

A lo largo de su vida acumuló cuatro nacionalidades: la francesa, la alemana, la española y la mexicana. Nacido en París, cuando se trasladó a España adoptó el castellano como lengua de creación. Tras la Guerra Civil se exilió en México, donde residió hasta su muerte. Aunque inició su producción antes de la Guerra Civil española, el despliegue de su verdadera personalidad literaria se produjo durante el exilio. Su extensa obra se caracteriza por el tono realista y el fuerte contenido sociopolítico.

Bibliografía

Novela

Es la sexta y última novela del ciclo El laberinto mágico. La Guerra Civil se acaba. Madrid ha caído o está a punto de caer. Los hombres vagan por los campos, confundidos, sin noticias, escondiéndose, mendigando agua y comida en los pueblos. Otros huyen en desbandada. La mayoría pretenden llegar a Valencia o a Alicante, donde se rumorea que hay barcos para llevarlos al exilio. 

Campo de los almendros, escrita en 1968, “es la historia de Alicante; las vísperas del famoso parte que acaba diciendo: ´la guerra ha terminado´, y una fecha: 1º de abril de 1939”, según palabras del propio Max Aub. Pero no es sólo, con sus divagaciones, diálogos y sucesos, una novela histórica. Quiere ser una novela, como todas las de su autor, con su multitud de personajes reales e imaginarios, en situaciones de todo género, que tiende a dejar establecido un cuadro fiel de unos días perfectamente determinados, de un período sórdido de nuestra historia: la guerra civil. Obra de madurez, su prosa consigue uno de los momentos más intensos de la literatura española contemporánea.

La vivencia de la guerra civil y de los campos de concentración impuso un cambio radical a la vida y a la obra de Aub. Con esos campos de la escritura construyó sus señas de identidad, en un espacio enredado entre los planos de la España que fue y la que no pudo ser. En esa búsqueda formuló El laberinto mágico, un exhaustivo retablo dedicado a relatar la contienda, sus causas y consecuencias. Este proyecto incluyó los extensos tomos de los Campos – Campo cerrado (1943), Campo abierto (1951), Campo de sangre (1945), Campo del Moro (1963), Campo francés (1965) y Campo de los almendros (1968)– y veinticinco cuentos, que cubren el periodo que va desde julio de 1936 hasta 1963. 

La aparición de Campo francés provocó un gran impacto, al actualizar el terrible episodio del éxodo republicano hacia Francia enmarcado en el comienzo de la II guerra mundial. La acogida positiva a los aspectos temáticos de la obra se extendió a su forma, no habitual, que fue descrita como: "libro dialogato", "escrito a la manera de guión cinematográfico", que "quiere extraer su forma de una precisa mezcla del aspecto documental y la ficción".

El relato discurre, de manera fragmentaria y azarosa, en el anverso de 108 naipes que se deben barajar, cortar y repartir. Son cartas para jugar, pero también cartas o misivas para leer, pues todas ellas hablan del protagonista, Máximo Ballesteros (alter ego del autor). La obra es, por tanto, una insólita “baraja literaria” o “novela de naipes”. Así como los anversos de las cartas contienen el relato, sus reversos exhiben dibujos del ficticio pintor Jusep Torres Campalans.

El protagonista de Campo del moro es la traición, el golpe de estado a la desesperada que sustituyó el gobierno procomunista de Negrín por el de Casado y Besteiro, militar y político respectivamente que aún creían en una rendición honrosa a las tropas de Franco. Contra Casado y Besteiro vierte Max Aub algunos de sus párrafos más duros, acusándoles de haber traicionado un ideal, por más que aquel ideal estuviera ya irremisiblemente perdido. Pero seguramente, como siempre creyó Aub, el final de los ideales es ser aniquilados, no rendidos. Porque, al fin y al cabo, para lo que iba a servir aquella capitulación... El final de la novela: un obús que cae sobre un cortejo fúnebre acabando con los pocos vivos que forman la comitiva, constituye de nuevo una metáfora de primera magnitud.

En 1962, desde su exilio méxicano, Aub retomó su saga El laberinto mágico. En ésta, la quinta novela del ciclo, se describe un Madrid al borde de la rendición, una ciudad entregada casi a su suerte y que resiste sólo por puro instinto, por una costumbre trágica ejemplificada en ese personaje que, diariamente, antes de salir y al volver del trabajo, aprovechando que su casa ha quedado junto a la línea del frente, descerraja un par de tiros contra el bulto.  Abundan en este panorama las dudas sobre lo que sea el valor, sobre la sensatez de la resistencia, sobre si es o no una idea de locos el querer seguir viviendo.

“Not only indispensable reading for anyone who wants to fathom the psychological origins of the Spanish Civil War, it is indisputably the most impressive work of literary art among the host of novels produced by the war.” Gerald Griffiths Brown, author of A Literary History of Spain

 

 

La calle de Valverde refleja el ambiente de la España anterior a la República. Max Aub había descrito vigorosamente –en Campo abierto, Campo cerrado y Campo de sangre– la vicisitudes de las luchas por mantener en la Península las normas democráticas y el predominio de un Estado que no desvirtuaba, a pesar de las diferencias entre los distintos dirigentes, la misión de gobernar en bien de las mayorías. Ahora, el autor pone ante nuestros ojos una época donde aquellas ideas lograban su inicial realización cuando los jóvenes practicaban el entusiasmo en todos los órdenes, lo mismo en lo artístico que en lo político. Aprovechando sus experiencias personales, Max Aub dibuja el panorama de una generación que no sólo tenía fe ante la adversidad de su pueblo sino que guardaba la esperanza de contribuir a contrarrestarla con el nacimiento de la República.

Max Aub difundió la vida y obra de Jusep Torres Campalans, pintor a quien vinculó al nacimiento del cubismo junto con Braque y Picasso. La crítica quedó desconcertada. Diversos periódicos abordaron la obra de este pintor que nunca existió. Todo fue una broma de Max Aub. El propio escritor pintó algunos cuadros cubistas para “documentar” su trabajo sobre el imaginario genio de la pintura. Uno de sus nietos, sentado en sus rodillas, lo ayudaba a colorear las creaciones.

Un fascinante relato sobre la vida en el campo de concentración francés de Vernet d'Ariège, tras la guerra civil española, en el que traza un afilado e irónico dibujo de la condición humana; un tratado de la vida de los hombres narrado por un cuervo en clave crítica y humorística en el que Max Aub muestra todo su genio literario.

Nos dice el cuervo;

Hay tres clases de hombres:
A. Los que cuentan su historia.
B. Los que no la cuentan.
C. Los que no la tienen.

Otra clasificación, según la lengua:
A. Los que no tienen lengua.
B. Los que la tienen mala (que son todos los que quisieran tenerla buena, y se vengan de sí hablando mal de los demás).
C. Los que teniéndola no hacen uso de ella, callando por no hablar, porque les tiene sin cuidado.
D. Los discretos (género que se extingue, sin remedio).

Ambientada entre 1924 y 1939, disecciona el Madrid popular a través de la mirada del protagonista, Agustín Alfaro, descendiente de una familia segoviana. Además de mostrar cómo son las gentes de la capital española, la novela pasea por Zaragoza y Barcelona sin abandonar nunca un realismo sin adornos. Con su particular sentido del humor, Max Aub se muestra crítico con una burguesía timorata que, según el autor, es la culpable de los males que padecía España a comienzos del siglo XX. 

Escrito entre 1934 y 1936, este libro relata en 21 capítulos un día en la vida de un hombre. Una jornada en la que el gozo de vivir constituye, el placer mismo de lo que lo rodea, constituye una epifanía terrenal y vitalista realmente fascinante.

Con una minuciosa atención al detalle y un exquisito uso del lenguaje, Aub hace de esta obra indefinible un verdadero híbrido literario, un relato preñado de un lirismo exuberante; quizás un poema en prosa, un texto donde lo poético se revela como un canto total a la vida. La frescura, el deseo de vivir, el hedonismo natural que desprende el texto cobra mayor importancia en la trayectoria literaria de Max Aub si tenemos en cuenta el contexto histórico y personal en el que fue escrito.

Este libro, trunco con el comienzo de la guerra civil, queda enquistado en el que hacer literario de Aub como el cierre de una primera etapa creadora vitalista y entusiasta, y da paso a una nueva mirada sobre la vida que lo había ya «preñado de otras cosas». Un libro como este da a su obra un nuevo matiz del que tuvo que desprenderse en cierta medida cuando «la guerra nos envolvió».
Yo vivo es una demostración más del espectacular manejo que hace Max Aub del lenguaje, donde vuelve a subvertir los géneros con esa habilidad que lo hace único.

Es la segunda novela del ciclo “El laberinto mágico”, formado por seis relatos. Está ambientada en la zona republicana durante la Guerra Civil, en la ciudad de Valencia. Como en toda la obra de Max Aub, su interés se centra en las personas más que en las ideas. Por eso, el panorama bélico cede su lugar al mundo cotidiano, y la novela ofrece una aproximación realista, cotidiana a la contienda. Hubo una dramatización radiofónica de este relato en lengua alemana.

“Not only indispensable reading for anyone who wants to fathom the psychological origins of the Spanish Civil War, it is indisputably the most impressive work of literary art among the host of novels produced by the war.” Gerald Griffiths Brown, author of A Literary History of Spain

Campo de sangre es la tercera novela que compone el fabuloso friso narrativo de El laberinto mágico, obra que nos adentra como ninguna otra en la guerra civil española, el acontecimiento histórico más decisivo de la España del siglo XX.

Aparecida por primera vez en México en 1945, continúa el devenir de la contienda, tras Campo cerrado y Campo abierto, situándose en el periodo de tiempo que abarca desde la Nochevieja de 1937 al Día de San José de 1938. Barcelona y la batalla de Teruel son los escenarios donde Aub, con la fuerza magistral que mantiene de principio a fin, nos relata la sórdida y angustiosa atmósfera que se extiende a cada paso en el conflicto, una violencia que contamina a sus personajes y que se refugia en la traición, la voracidad o la muerte.

Los hechos que se cuentan, vividos por el propio Max Aub en algunos casos, son el testimonio de una realidad que él mismo, tras la guerra, quiso descifrar y que nos deja como legado para entender la naturaleza más humana y cainita del entramado que constituye el laberinto español.

Prólogo de Antonio Muñoz Molina

Una de las características fundamentales de Max Aub fue la reivindicación y recuperación de la memoria histórica, el testimonio del acontecimiento más decisivo de la historia del siglo XX español escrito contra el silencio, la deformación y el olvido que tanto denostaba. Una memoria que abarca de manera inequívoca los avatares de la guerra civil y que se convirtió en la columna vertebral de las piezas que componen El laberinto mágico, obra coral que recoge la crónica literaria más importante y esclarecedora de dicho acontecimiento en la que mezcla realidad y ficción en un intento galdosiano de recorrer, con la minuciosidad de un orfebre, los hechos que condujeron al gran fracaso de una generación.
Campo cerrado es la primera de las seis novelas que componen este magistral friso. En ella Aub muestra la evolución de la sociedad española anterior a la guerra a través de un personaje central, Rafael López Serrador, un joven castellonense que se marcha a Barcelona. Enmarcada en la década de los años 30, la parte final de la obra nos da cuenta del ambiente y de la atmósfera de tensión y violencia que vivió la ciudad catalana durante el levantamiento del 18 de julio de 1936 y los días previos al estallido de la contienda.

Esta novela señala el comienzo de una etapa narrativa que desembocó en la ambiciosa serie El laberinto mágico. Aub no quedó nunca conforme con la primera versión de la novela, a la que volvió una vez y otra a lo largo de su vida hasta completar la versión definitiva. 

Relatos

Max Aub murió en su casa de México cuando preparaba el tapete verde y la baraja para iniciar una partida de naipes con unos amigos. Su afición al juego, por tanto, está más que acreditada. Jugó siempre: mientras sufría la dureza de los campos de concentración y también en la tranquilidad de su domicilio en el exilio. En su correspondencia hay abundantes cartas en las que menciona su intención de publicar un volumen titulado Trampas, del que aparecieron Algunas trampas en 1968 en la revista mexicana Diálogos y en 1970 en la española El Urogallo. Suponen la punta del iceberg, menos de la cuarta parte de los cuatrocientos doce aforismos sobre el juego que componen el libro completo. Pedro Tejada Tello, investigador de la obra de Aub, que ya dio a la imprenta los Crímenes ejemplares de este gran escritor español, ha logrado que Trampas llegue a la imprenta por primera vez tal y como la concibió su autor. Este inédito se ilustra a dos tintas con los palos de la baraja, el tarot, fichas de dominó, figuras de ajedrez de ajedrez, bolas de la lotería... en busca de un placer estético a la altura del texto. Juguetón por naturaleza, eterno travieso del ingenio, Max Aub se pregunto aseverando: «¿Qué finalidad tiene el juego que no sea la hermosura?».

'Las cartas de Max Aub', reseña de Carmen Peire, Infolibre, 21/07/2017

Volumen escrito durante el exilio mexicano, incluye seis relatos breves: Velorio, Las carnitas, El portero, El desaparecido, De farmacias y Los hijos.

El autor dedicó una gran atención al país que lo acogió durante su exilio. Max Aub, quien se autodefinió como “escritor español y ciudadano mexicano”, estudió múltiples aspectos de la cultura local desde su llegada a Veracruz en 1942. Aub sostuvo muy buenas relaciones con intelectuales como Octavio Paz o Alfonso Reyes, y llegó a ser una autoridad en la poesía mexicana de la época.

La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco es uno de los relatos más apasionantes y espectaculares de la obra de Max Aub, un texto que refleja como ninguno el ambiente citadino de los cafés mexicanos de aquella época, las obsesiones de los trasterrados, la manera de verse entre sí mexicanos y exiliados y la inutilidad de la muerte de Franco para resolver los problemas de España. Un relato escrito con el sarcasmo y la ironía propios de un autor genial; una obra que ha resistido el tiempo y sus avatares y sigue hoy día ofreciéndonos esa mirada lúcida y singularmente desafecta con la realidad que le tocó vivir; una manera de ver que mantuvo tanto en los momentos más cruciales de su vida como en las circunstancias más difíciles de la historia española.

La mayoría de los relatos transcurren después de la Revolución. El contexto de las narraciones establece el vínculo intelectual de Aub con la literatura mexicana y sus autores, mediante la inserción de temas sociopolíticos, de personajes históricos e incluso de elementos de la idiosincrasia mexicana. 

Es uno de los grandes clásicos de la microficción española. Pocas obras sintetizan tan bien el absurdo de matar, en una trivialización llena de humor negro. El volumen se presenta dividido en cuatro secciones: Crímenes; De suicidios; De gastronomía; y Epitafios. La productora Portfolio tiene una opción sobre los derechos cinematográficos. Se han creado diversos montajes teatrales en Europa y América, y se rodaron algunos cortometrajes inspirados en los relatos de este libro.

Frente a otras obras más realistas de Aub, en estos cuentos, todos magníficamente ilustrados, sobresalen los “elementos mágicos, misteriosos, fantásticos, exóticos o míticos”. Narraciones incluidas: Una canción; La ley; Espera; Enero sin nombre; Una historia cualquiera; Enrique Serrano Piña; Historia de Vidal; Un traidor; Ruptura; Los creyentes; Manuscrito Cuervo (Historia de Jacobo); y El limpiabotas del Padre Eterno.

Relatos incluidos: El Cojo y Cota de 1940; Santander y Gijón de 1941; Yo no invento nada y Manuel el de la Font de 1942; Teresita de 1943; y Un asturiano y Alrededor de la mesa de 1944. La cubierta es de José Renau.

Debe su nombre a la apariencia de fábula que tiene el relato y a la continua repetición de elementos verdes dentro de él. Expone una breve historia de amor entre una joven que vive ensimismada en su amor por la naturaleza vegetal y un joven que la corteja sin obtener los resultados apetecidos. Llaman la atención las imágenes literarias utilizadas por el autor: las referencias a los colores, la mención al verdor vegetal, el contrapunto de la carne con el rojo y la sangre...

Teatro

Ambicioso proyecto que contiene: Teatro primero; Teatro de circunstancias; Teatro mayor; Tres monólogos y uno solo verdadero; Los trasterrados; Teatro de la España de Franco; Las vueltas; Teatro policiaco; Teatrillo; Diversiones; y algunas adaptaciones teatrales de obras ajenas.

El volumen reúne ocho piezas en las que el autor enfatiza en su compromiso antifascista.

Narra la angustiosa existencia de una mujer en la Viena de 1938, tras la anexión de Austria por la Alemania nazi en vigilias de la Segunda Guerra Mundial. Se considera uno de los mejores monólogos escritos durante el siglo XX. No en vano, es un texto estremecedor, impactante, brutal, profundo, radicalmente humano… La minimalista puesta en escena potencia la creación del personaje de Emma, la protagonista. 

Obra que se ambienta en Marsella en 1941, relata el esfuerzo de fugitivos y desplazados para conseguir pasaje en algún barco que los trasladase a América.

 

Homenajea el espíritu de los presos en los campos de concentración e intenta elevar la memoria personal del autor a testimonio colectivo. La pieza teatraliza el espacio del campo de concentración hasta convertirlo en el terreno donde se encarnan la legitimidad política y la autoridad moral del pueblo republicano, que sigue luchando contra la tiranía desde el exilio. 

La grandeza de la obra radica en su crítica general a una humanidad que avanza irremisiblemente a la deriva. Aunque protagonizada por judíos, San Juan no es solo una denuncia de la situación de esa cultura, ni del nazismo, sino de la insolidaria crueldad del ser humano en todos los ámbitos y en todos los contextos. 

Poesía

Por ser el último libro de poesía escrito por Aub, sintetiza su manera de entender el género, así como el valor que le concedió dentro del conjunto de su obra. Paradójicamente, comparte rasgos con dos obras del autor que representan propuestas poéticas muy diferentes: Diario de Djelfa y Antología traducida

La primera parte del libro, Versiones, recoge algunos poemas del anterior Antología traducida. Aub plantea un fascinante juego que lo presenta como antólogo de inventados poetas pertenecientes a diversas culturas y tradiciones. En la segunda parte, Sub-versiones, incluye textos reales de poetas verdaderos, pertenecientes a esas mismas culturas y tradiciones, aunque las obras llegan subvertidas a fuerza de traducciones. Otra joya del genio lúdico de Max Aub.

Confesado admirador de la poesía del alemán Heinrich Heine, Max Aub reflexiona en esta ocasión sobre su obra, sobre la mujer y sobre el Cantar de los Cantares.

Una sugerencia del propio autor: este es un libro “para leer a los treinta y tres años de casados”.

La obra aborda el internamiento del autor en sucesivos campos de prisioneros en Francia entre 1940 y 1942. El mexicano Pedro Gringoire definió el volumen como “páginas que son gritos, conminaciones, poemas en que los versos se enderezan como puños cerrados amenazantes o índices denunciadores, trozos de entraña herida”.

Este primer trabajo de Aub incluye 34 poemas. Su unidad temática y estructural es tan grande que algunos críticos los vieron con un solo poema, forjado en la reiteración de determinadas secuencias o estampas poéticas.

No ficción

En la recta final de su vida, Max Aub proyectaba una ambiciosa novela basada en la biografía de Luis Buñuel. Para prepararla, reunió miles de hojas mecanografiadas o escritas a mano, grabaciones, etc., además de entrevistas con familiares y amigos. Esta obra exhibe el fruto de ese extraordinario esfuerzo documental.

"Uno de los libros más reveladores jamás publicados sobre el director." Cineaste

Texto publicado dentro del nº 23 de la Revista de Bellas Artes mexicana.

El volumen incluye numerosos artículos, opiniones y comentarios: Palabras en la inauguración del pabellón español de la exposición de París (sobre el Guernica de Picasso” de 1937; El turbión metafísico de 1943; Primero de mayo de 1946; El entierro de Manolete de 1947; El centenario de Goethe y la Guerra Fría de 1949; Una carta a R. T. House de 1949; El falso dilema de 1949; Pequeña carta a Mr. Atlee acerca de la dignidad humana de 1951; Carta al presidente Vicente Auriol de 1951; Bases norteamericanas en España de 1951; Franco en la Unesco de 1953; Juan Negrín, el guerrillero de 1956; Discurso acerca de la Sierra de Teruel de 1960; La guerra de España de 1960; El nuevo Tratado de París (sin fecha); Balance de un mundo perdido, de 1962; Homenaje a los que nos han seguido, de 1962; De la novela de nuestros días y de la española en particular, de 1963; y Veinticinco años de paz de 1964.

Biografía / Memorias

A lo largo de su vida, Max Aub anotó sus impresiones, experiencias, opiniones y proyectos en agendas, cuadernos o libretas. Son un testimonio literario de primer orden, quizá los diarios más importantes de nuestra literatura del exilio. Edición de Manuel Aznar Soler.

Lo de Max Aub no fue una vuelta, sino una venida: a España, en agosto de 1969, con unos cuadernos en blanco, con una grabadora, con una super 8. La intención: ver si coincidían los límites de la España que había dejado al partir al exilio con la que se le presentaba ante sus ojos 30 años después. El resultado de aquella dolorosa confrontación fue La gallina ciega, su "diario español".

Obra periodística

Max Aub trabajó en México como redactor, traductor, reseñista, prologuista e incluso, gracias a su experiencia cinematográfica previa, tuvo una larga y fructífera relación laboral con el cine mexicano. Este volumen destila su legado periodístico entre 1943 y 1972.

Correspondencia

En el Archivo-Biblioteca de la Fundación Max Aub de Segorbe se conservan 64 cartas que Vicente Aleixandre y Max Aub intercambiaron entre el 20 de febrero de 1958 y el 13 de junio de 1971. La importancia de este epistolario radica en que ambos escritores, representativos del exilio exterior e interior respectivamente, sin haber compartido las claves poéticas vanguardistas en el escenario de la España de anteguerra, consiguieron con los años confluir en un momento crucial para el cambio hacia una poesía más afín al carácter realista. Desde México, Aub enviaba a Aleixandre los libros que iba publicando y este respondía desde Madrid con los suyos. Ambos coincidieron en un común ideal estético que los llevó a volver la mirada hacia escritores como Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado o Unamuno. Uno de los proyectos más importantes que ambos autores iniciaron fue la publicación de la revista Los Sesenta, en cuyo consejo de redacción figuraban Dámaso Alonso y Rafael Alberti, entre otros. También colaboraron en revistas como Cuadernos Americanos, Excelsior o Ínsula, compartieron impresiones sobre la poesía de los autores más jóvenes e intercambiaron reflexiones sobre autores de diverso signo, desde Bergamín hasta Ortega, pasando por Buñuel, Lorca o Picasso. 

Edición, introducción y notas de Xelo Candel Vila. Prólogo de Gabriele Morelli.

Recopilación del intercambio epistolar entre ambos intelectuales a lo largo del tiempo.

Recopilación del intercambio epistolar entre ambos intelectuales a lo largo de quince años.

Recopilación del intercambio epistolar entre ambos escritores a lo largo de veinte años.

Otros géneros

Insatisfecho con la creación del personaje de Jusep Torres Campalans, el autor desarrolló su concepción de la pintura. Este cuaderno consta de 480 folios y recoge máximas de gran brevedad: La pintura ha de ser original; el pintor ha de captar y plasmar lo imprevisto en cada instante; toda creación supone una ruptura, es el fruto de una percepción estética distinta de las anteriores... 

Javier Quiñones, novelista y editor de Max Aub, reúne todos los aforismos del autor, junto con máximas y sentencias extraídas de su vasta obra. La distribución en secciones permite calibrar la fuerza estilística aubiana, constatar la sorprendente variedad de registros de su obra: humor, maliciosas opiniones sobre escritores contemporáneos, reflexiones políticas, pensamiento estético... José Antonio Marina es el autor del prólogo. Completan la edición algunas ilustraciones y caricaturas de Aub.