Rodolfo Enrique Fogwill

Rodolfo Enrique Fogwill

Quilmes, Buenos Aires, Argentina, 1941 - Buenos Aires, Argentina , 2010

Fue un escritor muy influyente, su obra se considera una las más importantes de la literatura argentina en las últimas décadas. Estudió Medicina, Filosofía y Sociología, y ejerció la enseñanza durante un tiempo. Se dedicó profesionalmente a la publicidad y el márketing, ámbitos en los que tuvo un notable prestigio (y que dejaron una perceptible huella en sus libros). A los 39 años, después de recibir un importante premio patrocinado por Coca-Cola gracias a su relato Muchacha punk, optó por dedicarse de lleno a la escritura. Autor de poemas, cuentos y novelas, toda su obra se caracteriza por un estilo contundente, versátil y muy personal. Desde su propio sello editorial, Tierra Baldía, Fogwill –así se hizo llamar, solo por el apellido– promovió la obra de poetas y narradores hasta entonces desconocidos pero que hoy tienen mucho renombre, como César Aira o los hermanos Osvaldo y Leónidas Lamborghini. 

  • "Una de las fuerzas más originales y ricas de la literatura argentina de los últimos treinta años." Gabriela Cabezón, Clarín
  • "Fogwill, escritor dotado con un fuerte carisma personal, anticipa tanto en sus cuentos como en sus novelas, siempre excitantes, siempre interpeladoras, perspectivas y maneras que harán suyas muchos narradores de las siguientes generaciones, a los que él se preocupó de alentar y orientar con una generosidad sin límites, y para los que este autor sigue constituyendo un inalcanzable modelo de insoburdinación, de atrevimiento, de saludable inquietud y de honestidad moral." Ignacio Echevarría
  • "Narrador excepcional, ejercía la provocación como una forma de pensar." El País

Bibliografía

Novela

La novela que Fogwill estaba escribiendo en el momento de su muerte. Una historia íntima que cuestiona, como hace siempre el autor, al lector y a los críticos de la literatura argentina.

La última novela de Fogwill -probablemente la que estaba corrigiendo antes de su muerte- es La introducción, una suerte de preámbulo para un epílogo. En ella se presenta a un narrador en una etapa avanzada de su vida, que visita dos veces por semana las Termas de Flores, un espacio de descanso suburbano donde practica diferentes actividades.

Nada en una piscina climatizada, hace gimnasia con un grupo de mujeres, toma algo en el bar, camina por el campo de golf. Pero el ejercicio y el esparcimiento no son solo un pasatiempo, sino que sirven sobre todo de excusa para reflexionar sobre la vida y para introducirnos, a través de la escritura, en la conciencia del otro, la del lector.

«En ningún momento, aunque escriba en prosa, Fogwill deja de ser un poeta. Es un placer leer en voz alta sus textos aliterados, cacofónicos, polisémicos. Después de escuchar Sobre el arte de la novela, Jorge Luis Borges lo definió como un maestro de la elipsis.» Federico Bianchini, Letras Libres

La primera novela de uno de los escritores argentinos de referencia en las últimas décadas.

Los protagonistas, Fernando y Rita, tienen un buen nivel económico. Él es gerente del área de informes técnicos en una gran empresa y aspira a un cargo en la dirección; ella, ama de casa, llena sus tardes con actividades sociales. La novela narra su vida cotidiana, las inquietudes algo infantiles de Fernando (quiere cambiar de coche solo porque el color azul del nuevo auto le gusta más), la confortabilidad de su hogar, en contraste con los controles militares en el exterior... Forman una pareja arquetípica dentro de una sociedad burguesa, egoísta, superficial e hipócrita. 

“Novela de los objetos, de la pareja, de gente de una época y de un lugar y de un país, que los argentinos podemos reconocer y comprender. Tal vez menos rabiosa que otras, más tersa, pero igualmente lúcida y sensible.” Julia Saltzman

Reseña, W. Manrique Sabogal, Babelia - El País, 29/10/2014

Es uno de sus textos más hilarantes de Fogwill. Un escritor despreciable, llamado también Fogwill, escribe la obra de su vida, un guión cinematográfico para el Hollywood soviético en un futuro-pasado donde Argentina y buena parte del mundo se han sumado a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. En esa hipotética Argentina Socialista, se lee Pravda, se fuma tabaco ruso y se conducen coches Lada, pero las traiciones son las de siempre: en apariencia políticas, pero ligadas a la vanidad, la pasión, los celos y la ambición. 

Una una novela corta, extraña, que se mira en el espejo de El Aleph de Jorge Luis Borges. Fogwill ofrece un retrato distorsionado por las drogas de una pasión que devuelve a la vida a una Vera Ortiz Beti que es tanto la Beatriz Viterbo del cuento borgiano como todas las mujeres de los cuentos de Fogwill. Y al fondo, como espejismo más que como reflejo, la guerra de las Malvinas. 

“Hasta la aparición de Runa, la mayoría de las novelas y relatos de Fogwill hacían historia. Runa, en cambio, inventa la prehistoria. Aquí se hacen cosas con palabras, y no solamente, también la tribu que las usa, sus técnicas, sus fiestas, sus reglamentos sexuales.” Silvio Mattoni, La Voz del Interior

Fogwill elabora un texto aséptico en el que apenas sucede nada, salvo la inauguración de un edificio de diecisiete plantas, el Karina, en una zona residencial. La fiesta de inauguración se enfrenta a la oposición de los residentes en el barrio. La deshumanización del relato llega al extremo que los personajes no tienen nombre, se identifican por su empleo: el Mecánico, el Jardinero, la Cementera...

La novela trata sobre doce años en la historia de Argentina: de 1971 a 1982. Es decir, sobre Lanusse, Cámpora, los montoneros, Perón, Isabelita, la dictadura y su transición concertada. La vida de los personajes se entrecruza con la historia colectiva, lo íntimo con lo social. Porque esta es una novela sobre las conductas argentinas, con el consumo como motor del deseo, el triunfo laboral  como imperativo ético, la ingenuidad como coartada permanente. Y todo en un mundo hecho de empresas transnacionales, globalización y edificios fastuosos.

En los años sesenta, una familia argentina pasa sus vacaciones en un típico hotel-casino de Las Vegas (Nevada, Estados Unidos). Mientras tanto, en su país suceden cosas. Claro que en todas partes suceden cosas. De hecho, una simple llovizna, un golpe de suerte en la ruleta o un desfile de moda pueden ser síntomas, avisos de una tragedia. 

Seis horas en la vida de sus personajes le bastan a Fogwill para trazar un mapa descarnado y fascinante de la crisis argentina. Vivir afuera trata sobre el sida, los chanchullos políticos, las distintas formas de la locura, la nueva relación entre policía y delito, las secuelas de la guerra de las Malvinas, el nuevo y el viejo periodismo, la expansión de los cultos evangelistas entre los sectores más desfavorecidos, y también, ¿por qué no?, sobre literatura. Personajes como Mariana, Gil Wolff, Saúl, Pichi o la Susi forman parte de un mundo en el que sexo, droga y violencia son presencias habituales.

Este es un fresco casi infinito de La Pampa. Trata sobre las gentes de una caravana que pretenden iniciar una rebelión. Después de haber sufrido todo tipo de inclemencias, su peripecia acaba cuando una inundación arrasa las vidas de los protagonistas y sus pertrechos. Finalmente encuentran un pequeño fuerte lleno de jefecillos, contables y miseria que se ofrece a acogerlos. Bajo su triste amparo, vuelven a ser soldados rasos. “Los oficiales son un mal necesario”, se consuelan. 

Convertir la Historia en material literario y salir airoso es un reto que delata a los grandes escritores. Fogwill tenía ese don, como demuestra esta novela fascinante en la que disecciona uno de los grandes misterios setentistas: ¿Quién fue María Estela Martínez de Perón?¿Cómo se explica que un formidable conductor de hombres, Juan Domingo Perón, la eligiese como compañera sentimental y hasta la impulsara hacia la Presidencia? Definitivamente, en Argentina pueden suceder las cosas más inverosímiles. 

Publicada cuando Fogwill se acercaba a la cincuentena, mezcla componentes autobiográficos y un retrato de la sociedad argentina. Prolijo, aluvial, desmesurado en recursos y peripecias, el libro bebe en la juventud del propio Fogwill en Quilmes, y en su familia, pequeño burguesa, convencional y pacata. El protagonista, alter ego del autor, abandona ese universo para explorar el mundo.

Los pichiciegos, una de las grandes obras maestras de la narrativa de finales del siglo XX, en cualquier lengua, narra la historia de un grupo de soldados argentinos que, tras la construcción de un refugio subterráneo, desertan, en plena guerra de las Malvinas (entre abril y junio de 1982), para crear una comunidad con sus propias leyes. Todo girará entonces en torno a sus necesidades básicas: comer, mantenerse calientes, ver en la oscuridad, no ser descubiertos… Para ello traficarán tanto con su propio bando como con el de los ingleses.

«Las astucias para negociar en un mercado casi inverosímil donde se intercambian acciones de espionaje o intervenciones bélicas por pilas para linternas, cigarrillos y raciones.» Beatriz Sarlo

«Los reclutas desertores de Fogwill son adolescentes del extrarradio urbano arrojados a un infierno de nieve y barro en el que los Harrier británicos hacen las veces de ángeles exterminadores, y en el que su condición social subalterna se evidencia brutalmente.» Ignacio Echevarría

 

 

 

Relatos

Durante buena parte de su vida, Fogwill tomó notas de sus sueños para no olvidarlos. En este libro los narra, explora, ordena, compara e interpela desde ángulos diversos, reflejo de sus múltiples intereses y pasiones. Barcos que vuelan, Natación, Humanitos, Sueños eróticos, Calvicie, Cosas perdidas, Las pipas o El ojo, son algunos de los sueños que el autor describe con una lucidez y una sinceridad ejemplares.

 

 

 

«Esta es una antología de media docena de autores muy distintos que tienen un solo nombre de marca: Fogwill. Y que permite la entrada por cualquier extensión, por cualquier tono, por cualquier estructura, escondiendo bajo su eficiente capacidad de entretener, de fascinar, e incluso de asustar, que contiene seis o siete de los mejores cuentos de la literatura argentina.» Elvio E. Gandolfo

"Some of the most resonant short stories and novels of the past 30 years that captured the violence and unpredictability of life in Argentina.” Nick Caistor, The Guardian

La obra exhibe una frondosa trama de voces: femeninas, masculinas, transvestidas, analíticas, testimoniales o delirantes, se intrincan con un tono solamente al alcance de uno de los narradores más originales de los últimos años. 

Este libro recopilatorio incluye seis relatos escritos entre 1978 y 1979: Dos hilitos de sangre; Japonés; Muchacha punk; La liberación de las mujeres; Cantos de marineros en las pampas; y La larga risa de todos estos años. En todos los cuentos se atisba la sombra de la última dictadura militar Argentina (1976-1983).

Los relatos de este volumen van mucho más allá de las técnicas comunes, convencionales. Fogwill impone su personalidad tumultuosa, torrencial, componiendo narraciones que avasallan al lector inadvertido.

“Político y popular, fiero y silvestre”. La definición que Plutarco hizo del Dios Jano, también es aplicable a Fogwill cuando escribe. Su prosa tiene, a la vez, consistencia y desequilibrio. En esta obra, una pareja intenta aislarse del terror que los envuelve centrándose en ella misma, pero acabará repitiendo los esquemas y los sutiles recursos del Estado.

Los relatos de Fogwill tienen un protagonista exclusivo: su voz. Con una maestría infrecuente, esta suele hablar sobre sexo, droga, política, música, violencia o amor. Todos esos temas están ahí como zonas de anclaje, espacios discursivos que propician ensayar el tono. 

En sus narraciones breves, Fogwill llega a ser tremendo, casi insuperable. La maquinaria de sus cuentos corre a mil por hora gracias a una prosa febril, que no da respiro al lector.

Poesía

Si sus cuentos y novelas diseccionaron el imaginario de la clase media argentina, la poesía de Fogwill nos ofrece un espacio de mayor serenidad e introspección, que lo acompañó desde su adolescencia, pasando por la fundación de la editorial Tierra Baldía –desde la cual dio a conocer a autores significativos como Osvaldo Lamborhini y Néstor Perlongher– hasta la publicación de sus propios libros de poesía.

Este volumen reúne, por primera vez, toda la obra poética de Fogwill e incluye, además, Gente muy fea, libro inédito cuyo nombre parece condensar, de una vez y para siempre, toda la fuerza arrasadora de su escritura. Una mirada impiadosa pero serena, brillante pero reflexiva, que confirma a Fogwill como el más grande traficante de saberes hacia la literatura.

Contiene poemas escritos entre 2002 y 2004.

Contiene poemas escritos a lo largo de los años 2001 y 2002. 

Es, seguramente, uno de los textos más importantes de Fogwill, quien nunca antes se había preguntado tan a fondo por cuestiones esenciales. Quizá por eso mismo asoman una y otra vez palabras como “azar”, “sueños”, “límites” o “bienestar”. 

Reúne y resume buena parte de la obra poética de un escritor que ganó visibilidad y reconocimiento por su narrativa, pero que siempre dejó claro que su primer (y último) amor era la poesía.

Fogwill escribe un tratado sobre la utilización de las palabras por el poeta y de su resultado impredecible.

Ópera prima del escritor, en ella transmite qué lecturas han influido en su identidad y en su estilo. 

Obra periodística

Los libros de la guerra es la suma del trabajo en torno a la escritura y el pensamiento crítico del autor.

A lo largo de veinticinco años publicaciones de distinto signo dieron cabida a intervenciones críticas, crónicas, reflexiones y fabulaciones de Fogwill, o del personaje que este narrador y poeta lanza a la escena pública para interpelar al poder y al establishment literario. Alfonsina, Clarín, Diario de Poesía, El Ojo Mocho, El País de Madrid, El Porteño, Fausto, La Nación, N, Primera Plana, Tiempo Argentino, Voces, y Xul, fueron, entre otras, las fuentes de esta antología de textos compilada por Mansalva y ordenada temáticamente por su autor.

"Poesía, festivales, divorcio, aborto, sionismo, guerra, nuevos autores, universidad, Estado, dictadura, democracia, sexo, lucha armada, tendencias, drogas, medicina y música popular son los pretextos que hilvanan el recorrido de un cuarto de siglo de reflexión sobre literatura y política cultural que es parte indiscernible de la estrategia de imposición de una Figura literaria. Reportajes, crónicas, ensayos sobre literatura argentina donde es posible sondear la operación literaria de Fogwill para instalar un nuevo canon, actualmente vigente, en la literatura argentina de las últimas décadas". Daniel Link

"Artículos como ésos han sido muy debatidos a lo largo de estos años, porque atacaban y atacan la yugular de nuestras ingenuidades. […] Eran reflexiones que, estuviéramos o no de acuerdo, ponían en crisis lo que podríamos llamar nuestras ‘estructuras de bondad’. Así, la literatura de Fogwill habría ido estableciendo un juego que “goza con descubrir las señales siniestras que esconde el pensamiento benevolente, con tramos de extremada belleza y un uso fatal de las paradojas." Horacio González