La celebración de Mundial de fútbol en Rusia es una excelente oportunidad para recordar a Osvaldo Soriano y Manuel Vázquez Montalbán, dos escritores que, en contra de la opinión de otros intelectuales, supieron encontrar en el fútbol un material de primer orden con el que retratar la dignidad de los derrotados. El fútbol, elevado a las cotas épicas que solo ofrece el deporte, podía representar la catadura moral de un tiempo y un país.
Osvaldo Soriano (1943-1997) no tuvo más remedio que dedicarse al periodismo y a la literatura después de que su prometedora carrera como futbolista se truncara por culpa de una lesión. San Lorenzo perdería un gran jugador, pero Argentina ganó uno de los escritores más originales y queridos del siglo XX hasta el punto convertirse en el autor más leído en su país después de Borges.
En sus cuentos y crónicas desfilan la genial historia del penalti más largo del mundo, las memorias del Míster Peregrino Fernández, el maracanazo, la "mano de Dios" de Maradona en el Mundial de México 86, y los recuerdos de niño, dando patadas a un balón y soñando con debutar con el San Lorenzo.
Todas ellas se pueden encontrar en Rebeldes, soñadores y fugitivos, en Andanzas del hijo de Butch Cassidy en la Patagonia, en Cuentos de los años felices o en el volumen recopilatorio Fútbol.
Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003) definió el fútbol como "una religión civil en busca de Dios" y le dedicó columnas de periódico semanalmente durante décadas, desde los años 60 hasta su muerte en 2003. Es el mejor cronista de la historia del F.C. Barcelona, su equipo de toda la vida.
El mundo del fútbol es el escenario de una de las aventuras más famosas de Pepe Carvalho. En El delantero centro fue asesinado al atardecer Pepe Carvalho es contratado por la directiva del “club de fútbol más poderoso de la ciudad, de Cataluña, del universo” para que investigue el origen de unos extraños mensajes anónimos que amenazan con asesinar a su delantero centro.
En su recopilatorio Fútbol están reunidos sus artículos y columnas de diario, todo un repertorio de lucidez, crítica y autoironía, esta última vital para ser aficionado del Barça.
Otras contribuciones de mención de otros autores de la Agencia son el inquietante relato que Adolfo Bioy Casares escribió junto a Jorge Luis Borges en 1967 "Esse est percipi", en el que Bustos Domecq descubre que el fútbol se ha convertido en una mera representación teatral; la obra infantil de Antonio Skármeta El portero de la cordillera, protagonizada por un niño que de pronto tiene la oportunidad de convertirse en un as bajo los palos; la "Oda a Platko" de Rafael Alberti, una loa poética dedicada al jugador húngaro del F.C. Barcelona después de un partido memorable de 1928; los artículos de Miguel Delibes en El otro fútbol, en los que explora el deporte despojado de su envoltorio como espectáculo de masas o los imaginativos cuentos de Ana Maria Moix, hincha acérrima del Barça, en Un poco de pasión y otros cuentos de fútbol.
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