Londres, Reino Unido, 1928 - Llafranc, Girona, España , 2013

Tras estudiar Historia en la Universidad de Cambridge y realizar el servicio militar en la Marina Real británica, Tom Sharpe se trasladó a Sudáfrica en 1951, donde se dedicó a la enseñanza y labores sociales. Tuvo un estudio fotográfico en Pietermaritzburg, de 1956 hasta 1961,  año en que fue deportado del país por actividades antigubernamentales. De su experiencia en África obtendría la inspiración para escribir Reunión tumultuosa y Exhibición impúdica. Desde 1963 hasta 1972 trabajó como profesor de Historia en el Colegio de Cambridge de las artes y la tecnología. Dejó la enseñanza tras publicar su primera novela, Reunión tumultuosa (1971) y en 1976, publicó Wilt, un éxito total. Tom Sharpe recibió el Gran Premio del Humor Negro Xavier Forneret en 1986, y en 2010 el primer Premio BBO La Risa de Bilbao.

La Agencia Literaria Carmen Balcells representa al autor para lengua española y portuguesa (Portugal).

  • «Tom Sharpe goza de la merecida reputación de ser «el novelista más divertido de nuestros días»» The Times

Bibliografía

Novela

Los problemas de Wilt nunca se acaban. Quizá porque está dotado de un inmenso talento para enredarse sin darse cuenta en los líos más espantosos, y de una habilidad no menos admirable para escapar de ellos revolviéndose con la inocente agilidad de una serpiente. Ahora, el politécnico en el que trabajaba ha sido ascendido a universidad, pero Wilt sigue ganando lo mismo que antes, o incluso menos; es menospreciado por no ser catedrático, y continúa enseñando a los eternos proletarios de siempre. Y capea como puede las espesas intrigas y luchas por el minúsculo poder académico. En casa, la cosa no está mucho mejor. Eva, su esposa, tras visitar a sus tíos de América, ha vuelto más iracunda, imperiosa y mandona que antes. Y las cuatrillizas, feroces adolescentes, estudian en un carísimo internado que a Wilt se le hace cuesta arriba pagar. Muy arriba.

Los Grope son una familia muy antigua de Inglaterra, y siguen viviendo en Grope Hall, la casa que construyeron sus antecesores, pero su historia no es convencional. La fundadora de la dinastía fue Ursula Grope, una fea criada, que un día se encontró a un joven vikingo que había desertado. Y podría decirse que de aquellos polvos siguieron estos desternillantes lodos. La familia Grope ha sido desde entonces un matriarcado feroz. Hasta que un día, a comienzos del siglo XXI, llega a Grope Hall Esmond Wiley, descendiente de otra florida rama de la Inglaterra más profunda. Con esta desopilante saga –y la más feroz versión de la guerra de los sexos hasta la fecha– vuelve Tom Sharpe, el gran maestro de la irreverencia y a quien algunos consideran «el novelista más divertido de nuestros días» (The Times).

 «Todos los lectores se alegrarán al comprobar que el octogenario Sharpe conserva intacta toda la ferocidad» (Llàtzer Moix, La Vanguardia).

Es verano y el pobre Wilt sólo quiere un poco de paz. Tras esforzarse todo el año por conciliar en la escuela politécnica a profesores progresistas con otros más tradicionales ahora tiene que enfrentarse a su inmensa, intensa y combativa esposa Eva y a sus proyectos para las vacaciones. Ella ha decidido pasarlas, acompañada por las cuatrillizas, con su tía Joan, que vive en Estados Unidos. Pero Wilt quiere soledad, tranquilidad y caminar por una arcádica Inglaterra. Lo que ni uno ni otra pueden prever es que Wilt se cruzará con Ruth la Salvaje, la Señora de los Látigos, y Eva viajará en el mismo avión que Sol Campito, traficante de las drogas más vanguardistas... Tras varios años de silencio, el más divertido y mordaz escritor inglés reemprende, de forma triunfal, su cruzada contra la hipocresía y la corrección.

Timothy Bright, el vástago más joven de una familia muy antigua, está decidido a hacer fortuna. Todos los Bright se han hecho ricos, desde tiempos casi inmemoriales. Pero Bright no es muy brillante, y, como todo llega a su fin, incluso el thatcherismo, al joven Timothy acaban por escurrírsele como arena entre los dedos fortuna, amigos y privilegios. Aterrorizado, comienza a dar palos de ciego, pero ya nada puede detener su vertiginosa caída? Después de unos cuantos años sin disfrutar de los afilados dardos de Sharpe sobre nuestros tiempos y costumbres, el lector tiene ahora un explosivo fresco de la sociedad inglesa posthatcheriana.

Los lectores de Zafarrancho en Cambridge recordarán que Poterhouse era un college que nunca se distinguió por su nivel académico, pero donde la cocina era excelente y no era muy difícil conseguir un título. Ahora, unos años después, todo sigue poco más o menos como entonces, pero ciertos nubarrones se ciernen en el horizonte. La viuda de Sir Godber Evans, un rector bienintencionado pero un tanto gilipollas, está convencida de que su marido fue asesinado y crea una nueva cátedra, cuyo titular será en realidad un infiltrado que deberá desentrañar el misterio de la muerte de Sir Godber. Un misterioso magnate americano quiere hacer una suculenta donación que podría salvar a Portehouse de la ruina. Pero los profesores del college saben que nadie da nada por nada, y ¿están bien preparados para sobrevivir a las batallas que agitarán aún más la vida de Cambridge?

La endiablada capacidad de crear conflictos de Wilt, llega en esta novela a sus más altas cotas de peligrosidad. En los lavabos del Politécnico donde es profesor aparece muerta por sobredosis la hija de un distinguido lord británico. Una inmejorable oportunidad para que el amargado inspector Flint reavive sus ansias de venganza, tras su fracaso en el caso de la muñeca hinchable. Entretanto, Wilt atraviesa una difícil situación financiera: sus repulsivas cuatrillizas acuden a una costosa escuela especial para niños superdotados, por lo cual se ve obligado a hacer horas extras. Entre sus nuevos alumnos figuran un delincuente preso en una cárcel cercana y que aparentemente es uno de los jefes de la red de traficantes, así como los oficiales norteamericanos de una base de misiles. Por otra parte, su esposa intenta renovar las menguadas energías eróticas de su esposo y le suministra subrepticiamente un horrible afrodisíaco. La acción se desencadena: el asesino McCullum aparece muerto en su celda, la base aérea es puesta en estado de alerta máxima por infiltración de un espía soviético y el ardor sexual de Wilt se descontrola totalmente. Qué duda cabe de que nuestro héroe está en peligro... pero la rolliza Eva está decidida a salvar a su cónyuge a toda costa.

 

Dos fanáticos de las novelas de aventuras, víctimas de la astuta trampa que les tiende un enemigo, emprenden una aventura real: la liberación de una dama que ha sido secuestrada en su castillo del sur de Francia. Y no hay aventura comparable a la de seguirles en su intento de rescate, pues Tom Sharpe vuelve a demostrar aquí que es un maestro en el desarrollo de las más enloquecidas tramas: engaños, choques automovilísticos, persecuciones, tiroteos, apariciones de la policía secreta internacional, confusiones y desastres se van sucediendo en medio de un clima de descontrol absoluto que culmina en el mayor caos imaginable. Una ejemplar sátira de la irracionalidad, en la que quizá sólo se salvan los dos chiflados protagonistas: Glodstone, prototipo de maduro romántico enamorado de una civilización desaparecida que simboliza su adorado Bentley del año 27; y Peregrine, el alumno que entiende peligrosamente al pie de la letra todo lo que dicen y que tiene unas tendencias no menos peligrosas.

La historia comienza el día en que un magnate inglés decide dar rienda suelta a su retorcida maldad para dirigirla nada menos que contra sus propios parientes y socios de la multinacional que él preside. Para ello utilizará los servicios de quien en teoría es su principal enemigo, un profesorzuelo universitario de ideología izquierdista y notable ingenuidad para las cosas de la vida, a quien encarga la redacción de una historia de su familia. Pero si el arranque ya es disparatado, el desarrollo será la locura. La silla de ruedas automática con la que se desplaza el viejo Lord Petrefact adquirirá vida propia; el catedrático se sentirá estimulado eróticamente por una subnormal que adorna su cocina con fotos de hombres musculosos; alguien cometerá un crimen involuntario y todos los indicios señalarán a un inocente. Y esto no es más que un breve resumen de la serie de dislates que se suceden en esta historia de venganzas maquiavélicas y pasiones reprimidas, de confusiones y tropiezos, caídas y desastres, en la que Tom Sharpe demuestra encontrarse en plena forma, tan capaz como siempre de tejer la trama más descabellada y conducirla hasta el más rocambolesco final.

Una de las más brillantes e irreverentes farsas del autor, una sátira orgiástica donde el horror arranca carcajadas y en la que nadie se salva del ridículo, ya sea de izquierdas o de derechas, ecologista o partidario de la energía atómica, esposo fiel o donjuán irredento: ¡temblad, temblad, malditos! 
En esta novela, Wilt vive con su mujer, la inefable Eva, entregada a sus sucesivas pasiones alternativas, medicinales, nutritivas, religiosas, etc., y con sus temibles cuatrillizas... El sufrido Wilt alarga sus jornadas en el Politécnico para huir del tumultuoso gineceo que le espera en casa. Hasta que un día Eva alquila una habitación en la planta alta a una estudiante alemana de sólidos encantos, y Wilt comienza a padecer los tormentos del amor imposible y la lujuria frustrada. Que, por cierto, no son nada comparados con los sufrimientos que le esperan cuando descubra que la guapa alemana es una despiadada terrorista internacional y reaparezca en su vida el temible inspector Flint... 

Lockhart Flawse, hijo ilegítimo cuya madre murió al darle a luz sin confesar jamás quién era el padre –y que tal vez sea el producto de un incestuoso encuentro a oscuras entre padre e hija–, vive con su abuelo –y quizá padre–, vejete intensamente verde y torturado por impulso sexuales incontenibles. Lockhart no existe legalmente, pues no está inscrito en ninguna parte, y su abuelo, ni siquiera le llama por su nombre, sino que le denomina “el bastardo”. El niño crece inocente de cuerpo y alma en las montañas de Escocia, amparado por un extraño mayordomo, pastor y único sirviente de la mansión, un personaje de la misma raza que el protagonista de El temible Blott. Pasan los años, y el abuelo decide hacer un crucero con un doble objetivo: conseguir una mujer (la última dama de llaves y compañera de cama le ha abandonado) y, si es posible, deshacerse del bastardo.  El viaje resultará un éxito, pues el abuelo conseguirá casar a Lockhart con la bella Jessica Sandicott y él mismo (a los noventa años bien cumplidos) se casará con la ambiciosa y despiadada madre de la joven. Y a partir de estas bodas, emergerá la verdadera naturaleza de Lockhart, que a la manera de sus remotos antecesores, sin sentido alguno de la moral y absolutamente falto de escrúpulos, emprenderá una cruenta y desternillante batalla contra todo y contra todos –incluidos los inspectores de Hacienda– los que quieren despojarle de lo que él cree que legítima –o ilegítimamente- le pertenece.

Frederick Frensic es un agente literario londinense de reputación intachable y un olfato infalible para los éxitos de ventas. Un buen día llega a sus manos Deteneos, oh hombres, ante la virgen. Se trata de un manuscrito insólito que contiene todos los ingredientes necesarios que catapultan indefectiblemente a la cumbre, pero, por desgracia, el autor exige el más estricto anonimato. Resuelto a remediar semejante engorro, el agente literario se estrujará las meninges hasta dar con la solución. Piper, sempiterno aspirante a escritor y autor de tantas versiones de En busca de la infancia perdida como años le separan de ella, se convertirá en su víctima propiciatoria... Pero no será la única: le seguirá toda una retahíla de curiosos personajes, desde Geoffrey Corkadale, editor arruinado de prestigio indiscutible hasta Hutchmeyer de tanta fortuna como pocos escrúpulos. El enredo está servido. De la mano de Tom Sharpe, realizaremos un viaje que nos llevará hasta los Estados Unidos a través de un paródico mundo editorial sembrado de amores escandalosos entre un adolescente y una anciana, maniobras fraudulentas, mansiones en llamas, complots de catastróficos desenlaces, editores ignorantes, escritores pazguatos, y asistiremos a enloquecidas manifestaciones callejeras, a conversiones religiosas de un fanatismo fundamentalista y a misas imposibles en la Iglesia de la Gran Pesquisa... En resumen, un relato de peripecias desopilantes de un escritor con una visión cómica infalible.

La más famosa novela de Tom Sharpe, en la que el autor no deja títere con cabeza. El protagonista, Henry Wilt, encadenado a un empleo demencial como profesor en un politécnico, acaba de ver postergado su ascenso una vez más. Mientras, las cosas no marchan mejor en casa, donde su maciza esposa, Eva, se entrega a imprevisibles arrebatos de entusiasmo por la meditación trascendental, el yoga o la última novedad recién olfateada. Wilt, que se siente impotente con respecto a su empleo, no vacila en entregarse a fantasías cada vez más asesinas y concretas acerca de su mujer, con la colaboración de una espectacular muñeca hinchable. A partir de la inopinada desaparición de Eva, Wilt se encuentra encartado como principal sospechoso de la presunta muerte de su esposa, y se pone en marcha una desopilante investigación policíaca...

Como escribió Michael Barber, el cada vez más popular Tom Sharpe acredita ser «un virtuoso de la novela cómica, más brutalmente divertido que cualquier escritor inglés», como comprobarán los lectores de esta novela, en la que «los cataclismos se suceden a un ritmo digno de los hermanos Marx» (Eric Neuhoff). En el reparto figuran una formidable y riquísima aristócrata rural, Lay Maud, y su codicioso marido, Sir Lynchwood, ferviente adicto a adúlteras prácticas masoquistas, que quiere adueñarse de sus propiedades; un jardinero, el temible Blott, de complicados orígenes, que ama tanto a Lady Maud como odia a su marido; una autopista que debe trinchar la casa solariega según los deseos de Sir Lynchwood y conmociona la plácida vida local; un funcionario del gobierno, enviado como mediador ante la magnitud de los incidentes provocados por Lady Maud, quien es narcotizado, fotografiado en poses obscenas y sometido a toda clase de sevicias hasta que se decide a desencadenar su propia furia.

Porterhouse es un college de Cambridge que, si nunca se ha distinguido por su buen nivel académico, destaca, en cambio, por su excelente cocina y por la sospechosa facilidad con la que «expenden» títulos universitarios. De hecho, su decadencia empezó cuando uno de sus administradores dilapidó en Montecarlo los bienes de Porterhouse, lo que obliga a que su subsistencia se base en donaciones con las que los padres de los alumnos logran que éstos ingresen y se gradúen. Mas he aquí que, en tan anticuada y sobornable institución, aparece un nuevo rector, un ex político bastante ñoño, pero con espíritu reformista, que decide darle aires nuevos a Porterhouse, sin saber que con su actitud puede dar al traste con los sucios manejos a los que el college estaba acostumbrado. El zafarrancho está servido. Tom Sharpe, con su maestría habitual, manejará los hilos de la trama de modo que se vaya preparando el desastre, ¡y qué desastre! El nuevo rector tendrá que enfrentarse a las fuerzas vivas de la oposición reaccionaria, representadas por un enemigo nada pequeño: el portero del college, un clásico personaje de Sharpe que, a la manera de Blott, luchará con todas sus fuerzas por impedir que las cosas cambien, por el «buen» nombre de la casa.

La acción transcurre en la capital de Zululandia, aparentemente pacífica hasta que la hilarante pluma satírica del autor de Wilt se pone en acción y empieza el frenesí más estrepitoso y la confusión más descabellada.  El comandante van Heerden, acomplejado por su origen boer, sería capaz de cualquier villanía a cambio de poder pasar por inglés. El teniente Verkamp, cuyo odio contra todo lo inglés sólo es superadó por su miedo a la sexualidad, organiza un experimento masivo de castidad con ayuda de la terrible Dra. von Blimestein con resultados desastrosos. Para completar el cuadro, el cabo Els, guiado por su catastrófico instinto homicida, remata la jugada, embarcándose en una de las más salvajes cacerías jamás narradas, en otra excelente muestra del despiadado humor de Tom Sharpe. 

Irresistibles, tronchantes, desopilantes, desenfrenados, salvajemente cómicos: tales son los calificativos que se aplican, merecida y habitualmente, a los libros de Tom Sharpe, y a Reunión tumultuosa, su primera novela. En ésta, situada en África del Sur, la señorita Hazelstone, de la mansión Jacaranda Park, mata a su cocinero zulú en un sensacional crimen pasional y no tardan en aparecer los gallardos agentes de la policía local: un Kommandant cuyo secreto anhelo de ser un gentleman inglés da lugar a un memorable trasplante de corazón; un Lieutenant infatigable en la caza del comunista; un Konstabel partidario de disparar sin contemplaciones y de disponer sexualmente de las negras, también sin más explicaciones.

En el curso de los abracadabrantes acontecimientos que se suceden, asistimos a perversiones realmente inauditas, hasta desembocar, como es habitual en Tom Sharpe, en un apoteósico final.

«Salpicada de chistes brutales, recortada con precisión, cosida con ritmo trepidante y presidida por una ironía indesmayable, Reunión tumultuosa confirma a Tom Sharpe como un humorista de primera fila» (Llàtzer Moix, La Vanguardia).

 

«En Sharpe, el don de la comicidad se manifiesta con la precisión de movimientos del juego de bielas y pistones de un motor rotativo en funcionamiento vertiginoso. Contra la estupidez y la vanidad, el humor establece los méritos del necesario sentido del ridículo» (Valentí Puig, El País).

Premios

  • 1986 - XXXIII Gran Premio del Humor Negro ‘Xavier Forneret’ (Francia)
  • 2010 - Premio BBK La Risa de Bilbao