El triunfo

El triunfo

Novela , 1990

Cátedra / Anagrama

Páginas 216

El triunfo utiliza como columna vertebral partes de la anécdota shakespeariana de "Hamlet": la venganza, el hijo que se siente traicionado por todos y especialmente por su madre, la desaparición del padre, etc. Estos elementos funcio­nan como telón de fondo de una historia para la que Casavella conjugaría los elementos básicos de su aprendizaje: un entorno que cono­cía, unas historias que contadas una y mil veces había oído, la música de la rumba catalana que, por darle, le dio hasta el títu­lo, y un trasfondo real del presente de una ciudad (y un barrio) en transformación: la llegada masiva de los inmigrantes africa­nos y árabes, las excava­doras que ejecutan la demolición de manzanas enteras y las reyertas entre clanes por el control de la droga. Con estos elementos construye Casavella una fábula que se sustenta sobre una tradición narra­tiva oral, la del personaje que "cuenta" o quiere dejar testimonio, cual Lázaro de Tormes moderno, de su "caso", de su vida, de lo que vio y de lo que vivió, para que, de algún modo, el texto se convierta en su salvación o en su confesión, en su redención o en su justificación.

«Junto a esos ecos de tragedia clásica (Hamlet), hay otras influencias reconocibles en la novela: desde la literatura picaresca hasta la obra de Salinger o Scott Fitzgerald, sin olvidar una película tan importante como Malas calles de Scorsese.» Jordi Costa, ABC

«Ha sorprendido y entusiasmado a muchos lectores sin nombre que descubren desde dentro el fin de un barrio de leyenda: “el Chino” barcelonés.» Pepe Ribas, Ajoblanco

«Casavella ha logrado dotar de un tono peculiar, amargo, distanciador y shakespeariano el tema de la decadencia. Una inteligente versión posmoderna de Hamlet.»  Eloy Fernández Porta, Quimera

«Narrada con un tono monologante que revela, sin embargo, un especial oído para las conversaciones, hábilmente estructurada, inaugura una línea de realismo sórdido o realismo pobre y de apatía moral. La violencia, los deseos frustrados, la marginación, están expresados con un sugerente laconismo expresivo y dentro de un poderoso marco ambiental.» Juan Antonio Masoliver Ródenas, La Vanguardia