Os Rostos que Tenho / Los rostros que tengo
Biografía / Memorias , 2023
Record
Páginas 272
Dos meses antes de morir Nélida Piñon entregó su libro de memorias y confesiones más íntimas, en el que también relata episodios e impresiones sobre amigos como el colombiano Gabriel García Márquez o el peruano Mario Vargas Llosa, así como sobre la estadounidense Susan Sontag y sobre algunos de los escritores más importantes de Brasil en el siglo XX, como Clarice Lispector y Rubens Fonseca, que igualmente constaban en su lista de amigos.
“A lo largo de 147 capítulos cortos, con la alta carga emocional y la amplitud reflexiva que la conciencia de la muerte próxima le daba, ella nos habla de su familia gallega, de cómo fue ser una brasileña hija de inmigrantes, de Brasil...”, explicó el editor de Record, Rodrigo Lacerda. Otros asuntos abordados por la escritora en su obra póstuma son “la equivalencia entre lo erudito y lo popular en su formación, el amor, la saudade, la admiración por la música y su vocación para ser dueña de su propio destino”.
“Sonriendo y sosteniendo entre sus manos un libro que apretaba contra su pecho, la escritora brasileña ofrecía a los lectores portugueses la imagen completa de su persona y se sentía agradecida. Nélida sabía aceptar las señales de gratitud, ya que siempre fue, además de una talentosa escritora, una figura dada al reconocimiento de los demás. [...]
Diría, entonces, que este libro no necesita presentación alguna, ya que se presenta por sí solo a medida que los fragmentos numerados se suceden, desde el primero titulado Eternidad, en el que la autora, convirtiendo esas dos páginas en una especie de largo incipit, anuncia de inmediato su intención, hasta la crónica número 74, titulada El Silencio de Dios, en la que explica de manera concisa el origen de su actividad como creadora y el significado de su vida como persona del arte y la cultura frente al mundo y la humanidad. Raramente un artista logra ser tan explícito sobre cómo se engendra en lo más profundo del ser el origen de sus multiplicidades.” Del Prefacio de Lídia Jorge