Los adioses

Los adioses

Novel·la , 1954

Punto de Lectura

Pàgines 128

Un hombre llega a un pueblo para tratarse en un sanatorio para tuberculosos. Hosco y taciturno, se niega a compartir los ritos de convivencia de los internos. Vive solo para las cartas que recibe de dos mujeres: una escribe los sobres a máquina, la otra a mano. Las cartas le llegan a una tienda regentada por un hombre que intentará reconstruir la realidad del enfermo a través de sus propias conjeturas y las de otros. Los adioses es una entronización de la ambigüedad, un juego de soberbia concepción que escamotea lo evidente para dejar, desnuda, la magia de la escritura. Como dice Antonio Muñoz Molina en el prólogo: «En ese juego entre sugerencias y hermetismo se despliega la maestría de Juan Carlos Onetti, y en él entra el lector y ocupa su lugar en la cadena de las voces y de los testimonios, se compromete activamente, casi chismosamente, en la interpretación de lo que ha visto o creído ver, de lo que le han contado.» 

 «Para muchos es la obra maestra de Onetti —también él dijo con frecuencia que era la que prefería entre las suyas— (…) He leído Los adioses muchas veces, desde que tenía veinte años, y estoy convencido de que es una de las dos o tres mejores novelas cortas que se han escrito en español.» Antonio Muñoz Molina