Antonio Benítez Rojo

Henriette Faber fue una joven francesa tan animosa que, con sólo quince años de edad, se disfrazó de hombre y siguió los pasos de su esposo, un oficial de las tropas napoleónicas. Su muerte empujó a la impulsiva Henriette a una alocada vida de bohemia y aventuras: se enroló en una compañía ambulante de cómicos, se tituló en Medicina en la Universidad de París, participó en la campaña de Rusia con el ejército de Napoleón y finalmente acabó en Cuba, donde contrajo matrimonio... ¡con una mujer!

El título alude a cómo llamó el cosmógrafo Guillaume Le Test al mar Caribe. El autor enfoca su mirada en la región, en su pasado y en su identidad, cuestionando de una manera vehemente muchas de las ideas comúnmente aceptadas.

La obra supuso el debut del autor en la narración larga. En ella proyecta todos los rasgos que caracterizan su escritura. Sobre todo, su devoción por una visión mágica, poco racional, de la existencia.

Este es un libro de transición entre la obra caribeña de Benítez Rojo y su recién estrenado exilio en Estados Unidos.

Este volumen recopila historias protagonizadas por distintas familias acomodadas o burguesas que permanecieron en Cuba después de la Revolución. Sus personajes se mueven entre un lánguido abandono, la implicación total con la Revolución o una hostilidad irreductible hacia el Régimen. 

Esta obra supuso un giro radical en la trayectoria del autor, al proponer unas narraciones con un carácter mucho más realista. 

El relato que da su nombre al volumen confronta el mundo de la religión vudú, traída por los inmigrantes haitianos, y el pragmatismo de la utopía revolucionaria cubana. Según el autor, los dos protagonistas, Pedro Limón y Aristón, encarnan “lo visible y lo invisible, lo profano y lo sagrado, lo físico y lo espiritual, el cielo y la tierra”. El libro incluye otros cuentos como Estatuas sepultadas, Tute de reyes o El escudo de hojas secas. 

El autor exhíbe una pasmosa habilidad para traspasar las barreras cronológicas. A través de incidentes sencillos, los protagonistas de las historias descubren las raíces escondidas de problemas actuales.

Esta segunda colección de narraciones breves hunde sus raíces en la trasposición de la realidad cotidiana a un mundo imaginario, con el fin de dotar las historias y a los personajes de una perspectiva más ensoñadora y poética. La obra ganó el Premio de Cuento Luis Felipe Rodríguez, otorgado por la Unión Nacional de Escritores y Artistas Cubanos. 

Ópera prima del autor, renovó la literatura cubana: aportó un soplo de vitalidad fantástica en un momento en el que la ortodoxia oficial imponía un férreo realismo. El director de cine Tomás Gutiérrez Alea basó su película Los sobrevivientes en uno de los relatos de Tute de reyes.

El autor sostiene que las islas del Caribe se repiten: son prácticamente iguales, más allá de sus diferencias aparentes. El motivo, según Benítez Rojo, es el papel de puente entre América del Norte y del Sur que la región ha desempeñado desde la noche de los tiempos.

Selección de textos del escritor cubano, realizada por el mismo Benítez Rojo. Este consigue hilvanar obras representativas de toda su trayectoria, y también de los diferentes períodos de su actividad creativa.

Antología proyectada y codirigida con Mario Benedetti.

Antología sobre escritores panameños dirigida por el autor.