Eva Piquer

Vas por el mundo con un cohete en el culo, con la lengua en los pies y con la culpabilidad por bufanda. Has deducido que la famosa conciliación laboral y familiar es una leyenda urbana: se habla mucho de ello pero nunca la ha visto nadie. Haces de madre como puedes, y siempre encuentras a alguien dispuesto a explicarte que las cosas se hacen justamente al revés. Tienes una agenda tan estresada que no te queda ni medio minuto para replantearte nada, y quizás vale más así: si alguna vez te detienes a coger aire, te dan ganas de mandarlo todo a rodar. Porque la presunta liberación que te hace ir de bulto en nombre de la revolución femenina es la estafa del siglo, y educar a niños por teléfono sale caro. Los hijos se han cargado tu independencia y te han convertido en campeona olímpica de recoger ropa de tierra, pero poner mesa para seis personas cuando antes eráis él y tu da sentido a vuestra historia y a la factura de la carnicería.