Historias marginales
Obra jornalística , 2000
Seix Barral
Páginas 166
La deslumbrante y evocadora prosa de Luis Sepúlveda resucitando el encanto de lo que olvidamos, de lo que perdemos.
«La selva apaga su intenso color verde. El tucán clausura el brillo de sus plumas. Las pupilas del coatí dejan de reflejar la inocencia de los frutos. La infatigable hormiga suspende el traslado del mundo hasta su cónica morada. El yacaré decide abrir los ojos para que las sombras le muestren aquello que evitó ver durante el día. El curso del río se torna apacible, ingenuo de su terrible grandeza». Ese hombre que dispone sobre la playa sus amuletos protectores, las piedras verdes y azules que mantendrán al río en su lugar, ese hombre es mi hermano, y con él miro la luna que a ratos se muestra entre las nubes bañando de plata las copas de los árboles. Le escucho musitar: Todo es como debe ser. La noche aprieta la pulpa de los frutos, despierta el deseo de los insectos, calma la inquietud de las aves, refresca la piel de los reptiles, ordena danzar a las luciérnagas. Sí. Todo es como debe ser».
Las breves semblanzas de personajes y momentos vividos por Luis Sepúlveda publicados a lo largo de un año en el diario El País.