La confesión
Não ficção , 1971
Comba
Páginas 232
¿Por qué escasearon las confesiones en nuestra literatura? Rosa Chacel se adentra en este ensayo en las de san Agustín, Rousseau y Kierkegaard, por ser unas de las más grandes de la historia y por su influencia decisiva en los autores españoles que estudia a continuación: Galdós y Unamuno. Cervantes ocupa también un lugar destacado, el único, a su juicio, que dio a la literatura española una verdadera, auténtica y pura confesión. «Lo que un hombre tiene que confesar no es lo que hizo o dejó de hacer —afirma la autora vallisoletana—, sino lo que lleva a lo largo de su vida entre pecho y espalda.» Y el eros es el misterio que se hace conflicto en estas tres mentes excepcionales, quienes se encontraron en el laberinto cuando su conciencia trató de afrontarlo. «No somos capaces de tentar con el bien. Nos sentimos culpables y quisiéramos arreglar algo a toda prisa, pero no se cose en un momento lo que está desgarrado profundamente por los años. Así pues, lo único que nos queda es pedir confesión.» Un ensayo de indudable vigencia, que nace del conflicto con la fe o el amor y se hace literatura.